No hay vuelta atrás, la decisión está tomada y los novios están por embarcarse en la aventura más grande de sus vidas. El matrimonio no es cosa fácil, requiere paciencia, sacrificio y alegría; pero sobre todo organización y orden. Nada en esta vida funciona si no le dedicamos tiempo y pensamiento; una boda, como punto inicial del matrimonio requiere de mucha planeación.

Hay bodas pequeñas y grandes, tradicionales y sencillas, glamorosas e informales; pero la boda perfecta es la que los novios quieren. Puede que quieran contratar a un planeador de bodas y que éste se encargue de todo, o puede que quieran organizar el evento ellos mismos, asegurándose de que su punto de vista prevalezca.

Para ambas decisiones debemos tomar en cuenta que necesitamos ayuda, que no podemos hacer todo solos o que una persona puede hacerlo todo. Somos seres sociales por naturaleza, nuestros emprendimientos requieren el apoyo de otros para que el producto nos traiga felicidad.

Antes que nada, los novios deben consultar juntos y llegar a un consenso sobre lo que desean.

El planeador de bodas necesita que los novios:

• Tomen decisiones definitivas, los cambios a última hora sólo causarán estrés para ambas partes y altos costos.
• Fijen un presupuesto de acuerdo a lo que quieren. El planeador no puede estirar el presupuesto mágicamente para darle a los novios algo que no pueden pagar.
• Definan el tipo de boda que quieren. Mientras más detallada sea la descripción de lo que esperan y estén claros sobre eso, mejor será el trabajo del planeador y se evitarán malos entendidos.

Si los novios organizarán la boda por ellos mismos, deberían tomar en cuenta:

• Que este evento es una oportunidad más para unirlos y pasarla bien juntos.
• Que la boda es un producto de su vínculo y que deben procurar al máximo que ésta los represente.
• Que los que contraen matrimonio son los dos, y el peso de decidir y planear no puede caer solo en uno. Deben demostrarse entre sí un genuino interés y ser propositivos, a la vez que abiertos y flexibles.
• Involucrar a su familia y amigos. Hay personas que tienen muy buenas ideas y la disposición a colaborar en aspectos como la decoración, el diseño de invitaciones, cocinar los postres o las entradas, entre otros.

Recordar: siempre apegarse a un presupuesto real. Tratar de no sobrepasarse, una boda es para disfrutar y comenzar con pie derecho una nueva vida no para iniciar con deudas y preocupaciones que se pudieron haber evitado.